Se abre el telón
Desfilan:
Dos enamorados:
Escena:
París a medianoche.
Esta noche estrellada pido prestados
todos los versos
—los verbos, sustantivos y adjetivos—
escritos, dichos y pensados
en nombre del amor.
No hay una sola
metáfora, sinestesia, ni anáfora
que no quepa entrelazada
en la mano que agarras
junto al Sena.
Tan nuestra es la noche
que los adoquines se visten de alfombra roja
para presenciar la primera (y única función)
del mejor musical montado sobre el Sena.
Un primero de marzo
Se cierra el telón.
Segunda escena:
Mismos enamorados.
Escenario:
Calles empedradas.
Es extraño cómo la ciudad que hice mía, se volvió nuestra.
¿Por cuánto tiempo más París estará a nuestros pies?
Sentimos que vencimos, orgullosos
caminamos, frente en alto,
adueñándonos del camellón.
Que bien se siente saber exactamente qué te espera
al doblar la esquina,
los horarios de la panadería,
el atajo secreto,
la mejor vista y el mejor café.
Si tan solo ayer el metro iba al revés y no salía de mi quartier,
recitaba en mi cabeza la orden de pan antes de pedirla
y caminaba cabizbaja para que no me pidieran direcciones
y lloraba al ver la torre Eiffel brillar
sin ti a mi lado.
Se cierra el telón; la historia sigue tras bambalinas
Mariana Anaya estudia Ciencias Naturales en la Universidad de París-CRI. Es apasionada de la neurociencia, la poesía de Wislawa Szymborksa y las obras de Elena Garro. Actualmente es líder regional de los clubes de Girl Up Europa